La fatiga es un fenómeno complejo que produce la reducción en la capacidad de rendimiento de la persona que lo padece. El ejercicio físico puede provocar la aparición de la fatiga periférica o central1 (Ilustración 1), las cuales tienen naturalezas distintas. La fatiga periférica está más relacionada con la pérdida de fuerza de la musculatura implicada en el ejercicio, mientras que la fatiga central se asocia a una reducción en la salida de señales procedentes del sistema nervioso.

 

 

 

La interacción de la fatiga y la regulación del organismo durante el ejercicio se explican en el Modelo del Gobernador Central2. En este modelo se postula que el cerebro realiza ajustes en el organismo como respuesta preventiva hacia un fallo en la homeostasis del organismo. Estos ajustes se realizan en función de la información que recibe el cerebro de las distintas partes del cuerpo, siendo de distinta índole, como podemos observar en la Ilustración 2.

 

Durante el entrenamiento es importante conocer la fatiga porque el músculo fatigado reduce la energía absorbida, por lo tanto es más fácil que se produzca una ruptura respecto a condiciones de no fatiga3 (Ilustración 3).

Bibliografía
1. TAYLOR, J. L., AMANN, M., DUCHATEAU, J., MEEUSEN, R. & RICE, C. L. Neural Contributions to Muscle Fatigue. Med. Sci. Sport. Exerc. 48, 2294–2306 (2016).
2. Noakes, T. D. Time to move beyond a brainless exercise physiology: the evidence for complex regulation of human exercise performance. Appl. Physiol. Nutr. Metab. 36, 23–35 (2011).
3. Mair, S. D., Seaber, A. V., Glisson, R. R. & Garrett, W. E. The Role of Fatigue in Susceptibility to Acute Muscle Strain Injury. Am. J. Sports Med. 24, 137–143 (1996).